Fanvención: cuando 'friki' se vuelve sinónimo de 'benéfico'
- Inés López
- 18 oct 2018
- 6 Min. de lectura
Bajo el nombre de Fanvención, 200 madrileños -todos amantes de lo friki- se embarcaron hace seis años en un proyecto altruista para ayudar a todos aquellos que lo necesiten. Visitan niños enfermos en hospitales, hacen terapia con los padres, colaboran en eventos con protectoras de animales… Todo siempre con un buen motivo: sacarles una sonrisa a aquellos que se cruzan en su camino.

Elsa y Ana se iban ya del hospital cuando una anciana “muy tierna” se acercó a ellas para pedirlas que entraran en la habitación de su nieta. Ellas, que no tenían permiso de la madre de la ingresada le explicaron que no podían, pero la mujer insistió alegando que la pequeña de 14 años que estaba dentro era muy fan de Frozen. Con el permiso de la anciana, Ana y Elsa entraron en la habitación avistadas por las enfermeras de la planta y la madre de la niña, que rápido se acercaron para evitarlo, mientras la anciana lo impedía. En pocos segundos, Ana, Elsa y la niña estaban cantando el tema principal de la película de Disney. El silencio se hizo en el pasillo y las lágrimas brotaron de los ojos de la madre y la abuela de la pequeña: la pequeña llevaba 16 días sin comer ni hablar porque le habían diagnosticado un tumor cerebral.
Momentos mágicos como este son los que viven día tras día los miembros de Fanvención, una asociación de ‘frikis’, tal y como ellos se denominan, donde prima el “gen solidario”.
“Tenemos un sueño: las ganas de arrancar una sonrisa a los más necesitados”, detalla el dossier de la organización, que explica que lo consiguen a través de eventos relacionados con la fantasía y la ciencia ficción. Se trata de un “proyecto donde lo friki es sinónimo de benéfico, donde la cultura popular abraza la acción social y donde el fan se convierte en benefactor de una causa superior”, especifica el mismo documento.
"Decidimos emprender este viaje de la mano de otras asociaciones"
Tal y como cuenta Pablo San Mateo, el presidente de Fanvención, es “disfrutar, empaparse de otros universos de ficción, pero sobre todo es un compromiso con los colectivos más desfavorecidos desde un punto de vista poco habitual: el de la ayuda logística y económica a los que más lo necesitan, emanada de los fans de la cultura popular”.
Ya sea en forma de visitas a hospitales o en donaciones de fondos recaudados en fiestas y eventos, la organización se viste de diferentes superhéroes y personajes de ficción,transformándose en los mismos y haciendo reír a los más pequeños y sacando sonrisas a los más grandes. Se hacen fotos, montan espectáculos y consiguen hacer creer a los niños que están delante de Batman, el Capitán Jack Sparrow o Wonder Woman.

“Esto surgió de rebote: somos un grupo de personas ‘frikis’ que nos gusta disfrazarnos, hacer ‘cosplay’ (vestirse y actuar como el personaje del que te caracterizas) y un día nos propusieron organizar una convención. Yo acepté poniendo como condición el que fuese algo benéfico”, explica San Mateo que sigue relatando los comienzos de Fanvención contando que “se organizó en 2012, en el parque de atracciones y estuvo muy chulo, pero, al final, se perdió bastante dinero. Nos quedó la espinita y pensamos que teníamos que ir más allá”.
En España, existe una organización, la Legión 501 -que también funciona en otros países- que aprovecha el tirón de la saga Star Wars para acudir a eventos y ayudar a causas solidarias, por ello, el presidente de Fanvención pensó “nadie aprovecha el resto de temáticas (princesas, superhéroes, etc.), hay que probarlo”. Y funcionó.
“Empezaos cuatro gatos y la cosa creció. Nos costó mucho, porque no teníamos la confianza y eso nos dificultaba mucho el trabajo, por ello decidimos emprender este viaje de la mano de otras asociaciones como ‘Pequeño Deseo’ o ‘Make a Wish’, a los que acompañamos en sus eventos y en sus visitas a hospitales”, ha explicado San Mateo a Madridiario.
Seis años dibujando sonrisas
En los seis años de vida de Fanvención, la organización ha colaborado con multitud de asociaciones -todas de Madrid- que trabajan por causas muy diferentes pero todas con el fin de ayudar a los que lo necesitan. También con ayuntamientos de la Comunidad, con fundaciones y protectoras de animales. Por ejemplo, en el verano de 2003 organizaron un concierto de bandas sonoras originales en Galapagar, englobado en el festival cultural Maxarte, con el que consiguieron donar más de 1.500 kilos de comida al banco de alimentos de Madrid.

Para San Mateo, la acción social de la que “más orgullosos nos sentimos” es la de visitar hospitales, una actividad que empezaron a realizar en 2014 al comenzar a colaborar con otras ONG de forma regular. Ese mismo año también fue el primero en formar parte de la fiesta de Navidad de la Fundación Prójimo Próximo, un evento para ayudar a niños con enfermedades raras y que también se encuentran en situación de exclusión social. “Este evento nos marcó tanto, que se ha convertido en nuestra referencia anual desde entonces”, confiesa San Mateo.
En 2015 se unieron a la lucha por los derechos de los animales haciendo colaboraciones con protectoras: “Empezamos a asistir a eventos adquiriendo así un compromiso por el respeto y defensa de los animales”.

“Ese año fue también el comienzo de una de las colaboraciones más bonitas que hacemos, la que compartimos con la Fundación Pequeño Deseo. Ayudamos a muchos ‘peques’ a cumplir sus sueños”, cuenta emocionado el presidente de Fanvención.
"Ahora los niños quieren que los regalos los traiga el Capitán América"
La actividad “más reseñable” que realizan desde 2016, según San Mateo, es la colaboración oficial con Cifimad, la feria de ciencia ficción y fantasía de Madrid, que es también sin ánimo de lucro, tanto a nivel organizativo como logístico.
“Nuestro lema en estas acciones es la de poner una sonrisa donde sea necesario a quien más lo necesite, ya sean niños o adultos, no hay diferencias a la hora de intentar que los pacientes se olviden durante unos minutos de su situación”, ha contado el presidente de Fanvención, añadiendo que cuando disponen de alguna donación de juguetes “hacemos entrega de los mismos a los ‘peques’ de los hospitales o a asociaciones que se dedican a repartirlos”.
Las épocas en las que más trabajo tienen son navidades y carnaval. “Lo de que te traiga los regalos Papá Noel ya no mola, ahora los niños quieren que se los traiga el Capitán América”, dice el presidente de la organización.
Un ejercicio de autoayuda
Para San Mateo, lo que hacen es muy reconfortante: “Yo me siento muy bien cuando salgo de los hospitales. Recibes más de lo que das, lo recomiendo a mucha gente porque es algo mágico”, cuenta para luego explicar que además “sin saberlo, hemos conseguido que a la vez que ayudamos a los demás, nos ayudamos nosotros. Tenemos gente con problemas cooperando y esto sirve de autoayuda”.

Como ejemplo de esto, el presidente de Fanvención cuenta a Madridiario la historia de Pilar, una joven enfermera que perdió algunas extremidades y que logró recaudar el dinero suficiente para comprar unas prótesis. Ella sigue siendo miembro de la organización y muchas veces acude a los hospitales disfrazada de Wonder Woman: “Es un ejemplo de superación”, apostilla San Mateo, añadiendo que los niños se quedan sorprendidos de verla con sus prótesis metálicas.
Deseos personalizados
Los miembros de Fanvención salen en su mayoría de las convenciones sobre ciencia ficción, ya que son todos ‘cosplayers’ que se dedican a crear sus propios trajes y a interpretar a los personajes de los que se disfrazan. Eso es lo que necesitan en Fanvención, gente que quiera ‘convertirse de vez en cuando en otra persona para ayudar a los demás’.
"Los niños se lo creen, se piensan que somos los personajes"
Para entender hasta qué punto llegan, San Mateo cuenta que “nuestro Spiderman es acróbata, es un chico que hace ‘parkour’, hasta ese punto nos metemos en el papel. Cuando Batman visita a un niño, realmente es Batman”, reitera.
Esto permite a la organización hacer los sueños de los niños realidad: “Los niños se lo creen, se piensan que somos los personajes, y los mayores se divierten. Tenemos una dinámica de hacer terapia con los más pequeños pero también con los padres, ya que a ellos también les quitamos mucho estrés”, relata San Mateo.
“Los minutos en los que le sacas la sonrisa al niño son alucinantes, no puedo explicarlo con palabras, es la idea más loca y bonita que hemos tenido nunca”, cuenta el presidente, aunque también reconoce que “tiene muchos momentos duros” porque “se han ido muchos niños y tras ello, queda el padre que nos llama para darnos las gracias por haber hecho feliz a sus hijos en sus últimos días”.
A pesar de la parte difícil, San Mateo afirma que “el que lo prueba repite” asegurando que no conoce a nadie que “a pesar de pasarlo el primer día mal y romper a llorar” no haya colaborado con ellos sólo una vez.
Publicado en Madridiario.es
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