top of page

Truchas arcoíris de piscifactoría ecológica

Todo el mundo conoce o ha oído hablar alguna vez del maltrato que sufren, vacas, cerdos, ovejas y gallinas, pero, ¿y los peces? Según la organización Igualdad Animal, los peces “son los animales más consumidos pero también los más olvidados”. 

 

No existe ninguna ley de bienestar animal que regule la crianza de estos animales en piscifactorías, ni su pesca en mares y océanos. Desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca publican algunos informes para la acuicultura sostenible o para las buenas prácticas de la pesca, pero no hay leyes que protejan a los peces.

“Se estima que anualmente la pesca industrial captura a un número de peces equivalente a la población humana de 142 planetas Tierra, un total de 120.000 millones de peces más son criados en piscifactorías”, cuentan en Igualdad Animal.

 

Según esta asociación, los métodos de pesca y crianza no contemplan reducir o aliviar el sufrimiento de estos pequeños animales: “Atrapados en las redes muchos mueren al ser elevados rápidamente de la profundidad, sufriendo tal descompresión que sus órganos internos explotan”, explican en su página web. “Otros mueren en la superficie, aplastados bajo las toneladas de cuerpos del resto y, los que sobreviven, agonizan asfixiándose hasta morir”.

“Antes no existía el sello de calidad ecológica en pescado

Igualdad Animal también critica las piscifactorías, donde “los animales viven en condiciones de hacinamiento recluidos en jaulas (sumergidas en ríos o en el mar) o en tanques. En ningún momento se tiene en cuenta su bienestar, además, los métodos que utilizan para sacrificarlos son crueles: asfixia, golpeo, electrocución…”.

Alba, trabajadora de Naturix, alimentando a las truchas (Foto: Inés López)

Por suerte para los peces y para las personas que se interesan por el mercado de productos más comprometidos con el bienestar animal, existen ya granjas dedicadas a la acuicultura ecológica: piscifactorías ecológicas donde se tiene en cuenta las condiciones de vida de los peces.

 

Es el caso de Naturix. Curro Villarreal, socio y gerente de esta empresa, explica que este negocio surgió “como un movimiento que persigue poner en valor el espacio natural que ocupa la acuicultura”. “La gente piensa que comer pescado salvaje es mejor que tomarlo de cultivo. Por ello, empezamos a realizar visitas a nuestras instalaciones y a hacer degustaciones del producto que ofrecemos”, detalla el gerente.

En 2009 este emprendedor consiguió la certificación ecológica, tres años después de montar su modelo de negocio ya concienciado con el medio ambiente. “Antes no existía el sello de calidad ecológica en pescado, así que yo producía así pero sin la garantía para los clientes. Cuando se aprobó la normativa fuimos los primeros en conseguir el sello de garantía”, cuenta Villarreal.

 

Naturix ahora cuenta con centros en Guadalajara, Segovia y Cádiz, con vistas a abrir otro en la capital. “Queremos expandirnos y mostrar que la acuicultura proporciona una calidad igual o mejor que la del pescado salvaje, al menos en estos momentos en los cuales los mares están contaminados por los plásticos que terminan en él” relata.

 

Este es uno de los motivos por lo que el fundador de Naturix defiende la acuicultura, pero también menciona algunas prácticas que sabe que se realizan en algunas piscifactorías: “Hay productos modificados genéticamente, alimentados con antibióticos y en hábitats que les provoca estrés a los peces. A mí eso no me parece bien, ni por el animal ni por nuestra salud”, asevera.

La vida de un pez en una granja acuícola

Al apostar por este tipo de producción, Curro se dio cuenta de que “la gente prefería el consumo salvaje a la acuicultura porque desconoce la forma de trabajo en una granja de peces. Por eso abrimos nuestros centros a las visitas”. 

 

Además, el fundador de Naturix tenía claro que “no quería competir con otras empresas grandes, no tenía sentido si la nuestra era más pequeña -en cuanto a producción, al ser ecológicos, no podemos, ni queremos tener tantos peces en un mismo estanque-, ni queríamos que nuestros productos, que son buenos, se vendieran en un mercado que para nosotros, está contaminado”.

Alba Montalvo, trabajadora de la granja acuícola de Naturix en Guadalajara, cuenta que para que se considere ecológica una granja de peces “la instalación tiene que tener una entrada de agua y otra de salida. Aquí, por ejemplo, la parte delantera se divide en dos, pasa primero por el lago y el canal principal y luego se unen para surtir agua a todos los estanques. Después, en la parte final, está la zona de sedimentación, donde se quedan los restos de comida y excreciones de los peces antes de volver al río”, detalla.

 

En acuicultura ecológica se realizan dos controles anuales de calidad de agua para controlar las concentraciones de metales pesados (nitritos, nitratos…): “Tienen que ser niveles muy bajos. Pasa lo mismo con la densidad de peces por estanque, no puede superar los 25kg/m3. Cuantos más peces tengas en un mismo espacio, más facilidad de contraer patologías existe y al final tienes que darles antibióticos. En ecológico está terminantemente  prohibido suministrarles medicamentos. Para tratarlas les damos baños de sal. Si no es suficiente, no se comercializa después”, explica Montalvo.

Peces de Naturix

Además “la alimentación tiene que ser 100 por cien ecológica”. “Nosotros aquí siempre hemos dado de comer a los peces de forma manual, porque creemos que es la mejor manera. Por suerte, las densidades con las que trabajamos nos permiten hacerlo así, si fuera una granja más grande tendríamos que hacerlo de forma mecánica, con unos surtidores de los que los peces tiran y les proporciona la comida.

 

“Este año hemos cerrado el ciclo de vida de los peces. Consiste en realizar la reproducción de las truchas. Semanalmente se palpan para ver cuándo están maduros. Se extraen los lotes, se duermen con aceite de clavo y se les extraen las huevas a las hembras y el esperma a los machos. Fecundamos los huevos nosotros y los limpiamos con agua, para que se cierren. Los dejamos en la zona de criadero y allí se abren y crecen en unas piscinas que tenemos especiales para ellos (donde no se pueden colar por las rejillas) y después ya se les lleva a los estanques normales”, explica Montalvo.

El mercado de pescado ecológico

En los hogares españoles se consumió en 2017 1.119 millones de kilos de pescado, 25,5 kilos por cabeza según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca. Este pescado procede de dos tipos de producción: la acuicultura (ecológica o no) y la actividad pesquera (en mares y océanos). Esta última ha estado habitualmente por encima de la primera, sin embargo, en 2015 la producción acuícola superó en 12 millones (con un total de 106 millones de toneladas) a la pesca tradicional. De esa cantidad de pescado, 2.709 toneladas se consiguieron a través de la acuicultura ecológica, datos superiores a los de años anteriores.

 

En lo que respecta a Naturix, el fundador afirma que "había una cierta demanda de producto ecológico cuando empezamos. Nos sumamos a este mercado y comenzamos a trabajar con grupos de consumo, tiendas especializadas en producto ecológico, de forma online y a través de nuestros propios centros, donde puedes venir, pescar unas truchas y llevártelas a casa”, cuenta Villarreal.

Truchas arcoíris de Naturix

Por su parte, la trabajadora del centro de Guadalajara explica que “se puede comercializar la trucha en sí o transformada (fileteada, ahumada, en hamburguesa de pescado...)”. “Puedes comercializarlo en el tamaño que tú quieras, nosotros lo hacemos en raciones entre 250 y 300 gramos, peso que tardan en conseguir un año y medio, más o menos”, añade.

 

En ecológico, a la hora de comercializar el pescado es muy importante el proceso de división de lotes para tener un control del producto. Según cuenta Montalvo “tienes que hacerlo así por la trazabilidad. Nuestro lote empieza por una T de trucha, luego lleva el mes y el año en que nacieron, además de la E de ecológico. Lo importante es que puedas seguir el producto hasta el origen del pez. Si yo vendo de un estanque y tengo un problema, necesito llegar hasta el momento en que nació esa trucha, saber que todo ese lote puede tener una patología. Eso es la trazabilidad del producto", concluye.

bottom of page